
Señor
Desde siempre has sabido
Cuántos kilogramos de inocencia
Tengo en salmuera.
Tú has visto lo aborrotada
Que está mi alacena de ironía.
Tu mano derecha
desgranó compasión
Cuando apareció
La séptima flor de locura en mi huerto.
Desde siempre has sabido
que yo soy tu broma más amarga
Entonces, bendito Señor,
no permitas
Que mi risa sea vestida
Por la túnica inconsútil de la razón
No hay comentarios:
Publicar un comentario