lunes, 8 de marzo de 2010

Cuchillos y palabras. Angel Petisme



Hemos buscado la belleza

explorando las aceras;

los rascacielos se caían

sobre nuestras cabezas.

Hemos leído a los poetas,

juntos nos han visto llorar;

hemos quemado las carreteras

rozando la eternidad.



Tendría que soñarte

si no te vuelvo a ver,

tendría que inventarte,

buscarte en otra piel...



No quiero que te vayas,

creí que te quedabas,

espérate a mañana:

Cuchillos y palabras.



Hemos temblado de ternura

en el silencio de los bosques,

y recogido en la basura

las Rosas de la Noche.

Nos hemos muerto tantas veces

por esos cuerpos y esas calles,

y ahora el tiempo nos convence:

no somos inmortales.

Más allá de la verdad Margaret Atwood



Más allá de la verdad,
está la tenacidad: de esos
árboles enanos y musgos,
acoplados a una roca plana
creyendo las mentiras del sol y
rechazando así la gravedad
y de este cactus, recobrando sus fuerzas
frente a la arena, sí, sólo es corteza
dura y espinas pero sobrevive
lo mejor que puede.

Rosa Montero dixit




©William Klein



Quizá
uno
empieza
a envejecer
en el momento
en
que
empieza
a dolerle
la memoria.

Rosa Montero
Foto

Mujer en Buenos Aires En Buenos Aires




Las mujeres se saben de memoria

La palabra tequiero,

Saben cómo viajar hasta un hotel

O hasta un adiós

Deambulando por todas las caricias,

Saben cómo hacer para que un hombre

No las eche de menos

Y también cómo inventarle lágrimas al día.



Las mujeres de Buenos Aires

Se saben de memoria los besos,

Las cosas del amor.

A veces, sin embargo, se las oye llorar,

En el café La Paz, el Ramos, la Giralda,,

Sin ir más lejos ayer la vi a Cristina,

Estaba tirada contra un vidrio

Contando la garúa



Y afuera no llovía.

Adrián Desiderato

Un lunes cualquiera





I
Tenìa una peinado que , si bien en lo relativo a sus intenciones
pretendiò tener el estiloEvita(EvaDuarte) , quedò plasmado en ciertas ondulaciones
que se extendìan hasta la coronilla.

El color ,desorientado entre rojo y castaño.
Parecìa que unas manecitas con un pincel lo hubiesen pintado con
tèmperas al agua.

Pero, la nuca traicionaba la estètica.Allì no habìa color,
solo cabellos blancos.
Y lo que de frente eran ondas muy elaboradas, de perfil,
mostraban la pinza que se habìa chantado.
Como si hubiese salido a la calle sin poder, tal vez, por falta
de tiempo,elaborar su pretension estètica.Me detuvo en mi camino
apurado hacia la radio.Yo a pie.Ella en bicicleta.Era a raìz de una
carta astral que sorteamos

el ùltimo dìa del año en el programa.Por supuesto, la harè yo.
La del peinado me decìa que una señora querìa comunicarse conmigo
por lo de la carta.Respondì que ya habìa sorteado , calculando
los segundos que me quedaban para llegar a la radio, sacar los cd,
buscar las gafas para leer, enchufarme el mp3 y, en caso de que
hubiese conexiòn a Internet, husmear las noticias.La señora aminorò
la velocidad de la bicicleta , intentado convecerme de que ese podìa
ser un buen trabajo, aunque ella no creìa en nada de eso.
Mientras seguìa empeñada de transitar esas pocas calles que
me quedan desde mi casa a la radio, la Sra. del pelo pintado
con tèmperas , seguìa emitiendo su discurso.No creo en nada
de eso y ademàs, en mi època no se usaba eso de saber a que hora
nace uno.Claro , respondì, respirando profundamente, ya que no
querìa perder el oxìgeno que me restaba en esos metros de la meta
final, donde seguramente ni un mate me esperarìa.Ella continuaba...
de mis hijos recuerdo la hora , màs o menos en que naciò cada uno...
Què bien...Si me acuerdo cuando naciò Fulanito...fue a las ocho
de la noche, y cuando naciò fulanita... a la madrugada.Cuando naciò
Mengana me acuerdo que pasò un aviòn.Me detuve.Lo que decìa era
demasiado importante para seguir caminando.La mirè.Era
imprescindible mirar el rostro , de esa mujer que seguìa hablando.
De Mengana, me ayudò una de l,as que hacen la limpieza.
No me creìan que yo los tenìa ràpido.Pero recuerdo clarito que
justo pasò un aviòn.


2

Para vos , dijo la reproducciòn viviente de un simio cuasi hombre,
con un poco de voluntad del paleolìtico , tal vez rèplica viviente de Pedro Picapiedras andropàusico,y señalò el telèfono.
Llamaba la señora que habìa profetizado la del cabello pintado

con tèmpera y que recordaba que pasò el aviòn justo que nacìa su hija.
La señora desplegò su amplio conocimiento de lo esotèrico dejando pasmado mi canal auditivo derecho.Al menos la luz
de EN EL AIRE no se encendìa.
Tratè de exolicarle que yo leìa tarots y aprendìa a hacer cartas natales
pero que en este momento ...si cuando vivia en España...comprendo ,
dijo la voz que salìa del auricular.A mi me hizo una carta natal Tu Sam...
Tu sam ! dije en alta voz de manera tal que la locutora salio de su
momento cuasiautista y me mirò sorprendida.Sì ,Tu Sam me hizo una
Carta Natal , hace mucho tiempo que muriò pensaba yo.
Pero no se que la hice , era larga, la perdì.La locutora habìa comenzado
a reìr en un do sostenido e imparable, sin soluciòn de
continuidad...argumentè que jamàs podrìa comparame
con el señor Tu Sam en varios idiomas hasta que la voz en
el telèfono cediò a su espoleo con fines de arrancarme un sì.

Tu Sam fascinaba gallinas.
A mi me fascinan los aviones

Todavìa es lunes ( continuarà)

©Patricia Ce