sábado, 26 de abril de 2008

Caos visual

Delay






Despuès de leer "La Aldeal Local " del filòsofo contemporàneo Tomás Abraham podrìa decirse que hubo un cambio de actitud hacia el chupete electrònico.Esto ocurriò a fines de la gloriosa dècada del 90 ( quièn no toca la gloria durante la su tercera dècada?).Tardè unos cuantos años en acercarme a la "caja boba" y , ademàs, no pude despegarme de la lectura y/o escucha atenta de este filòsofo tan sui generis .Es asì que hoy encendì el aparato.Mientras bebìa mi habitual Coca Zero(mi madre saliò a cenar con amigas ) a travès de la pantalla de Amèrica TV ( para mi aùn es Canal 2) vera posible ver como se preparaba la Iglesia Santa Teresita del Niño Jesùs de Villa Urquiza para recibir a Valeria Lynch en el dìa de su boda.Mientras, hacìa tiempo para que en Canal 13 que en mi tv es el 12 comenzara TVR.Suena el telèfono fijo.Ufa.Querìa ver si aparecìa Nacho en la pantalla ya que es no solo compañero de trabajo sino amigo de Valeria.Atiendo y la voz de una de las amigas de mi madre me indica que ponga TN que el casamiento se veìa mejor.Rebelde sin pausa sigo viendo los largos preparativos por Amèrica hasta que, se me ocurre marcar el 15 con el control remoto y oh sorpresa, allì Valeria Lynch,siiiiiiiiiiiii, ya estaba casada.Mi madre, desconfiada como gallo tuerto,me envìa un sms diceiendo mirà el 15 en vino!!! lapsus materno.Es decir que para caotizarme un poco màs en un canal la extraña dama aun no habìa llegado a la iglesia de Villa Urquiza y en TN ya se habìa casado.Digo yo la culpa serà de la puta oligarquìa.O tal vez un mensaje cuasi mafioso...Ven...aquì me encuentro ya que apaguè el aparato siniestro que pretende psicotizarme y me pongo a releer la Empresa de Vivir de T.A. y ademàs en esta vertiginosa fiebre de mi sàbado por la noche descargo en PDF Los senderos de FoucaultAhora chocolate en mano me voy a la cama y comenzarè a rogar a Alà , a Buda, a Dios que LALOLA NO TERMINE!!! Y no dejen de leer LA Guerra del Amor de T.A..Es un filòsofo caòtico.
Y basta de Delay!

Es preferible ...reir que llorar...

viernes, 25 de abril de 2008

Nosce te ipsum!:


Cualquier caos me lleva bien.La cuestiòn es alejarme de mi misma.Aunque desde que dirigì mi agnosticismo hacia terrirorios positivos soy devota de San Gerardo A. Expedito y desde hace muy poco San Miguel F. Desatanudos voy entendiento màs el cartelito que està antes del Oràculo de Delfos: el Nosce te ipsum.
Mi abuela paterna,Puli, decía que tenias que comer una bolsa de sal, junto a otra persona para conocerla.De Nosce de Ipsum ni hablar.En fin.
Ayer como que quise agarrar viaje con la escritura.Me atrapò la el atardecer luminoso en anaranjados rojizos dorados. El sol era una pastilla gigante de Alca Seltzer cuando ingresaba con mi rodado de tiro a...Alcatraz?...Guantànamo?..Què sensaciòn.Touch ...y memorias ominosas caen como redes sobre mis chakras.Midas y el oro.Caòtica y lo ominoso.
Pero màs allà de mis traumas abrilescos que preceden por lògica a los mayescos, aùn tengo la vida.Y sigo cruzando el interminable patio gris como el olvido de la ùltima curda del polaco.Patio muerto.Los ventanales devuelven mi figura y permiten ver alguna que otra figura humana que transita por el pasillo.Una liviana figura cruza por las entrañas del monstruo.Comienzo a respirar el microclima del descorazonado.Que lapsus.Casi escribo descarozado.El carozo es un corazòn? El hueso para los españoles.El corazon liviano es un carozo?Guantànamo respira dificultosamente disfrazado de kinder garden.Pasarà abril como pasaron otros abriles aunque ninguno serà igual.Ya estoy sentada.El telèfono sonarà.Mi voz responderà.Repaso al descuido las hojas de la Antologìa del Humor Negro de Bretòn.Ni siquiera leo.Obsevo.Clasifico energìas .Trato de repeler los ataques.No estoy allì ni me interesa estarlo.Nadie sabe donde ando ni cuales son las coordenadas donde comenzaré a trazar un agujero negro tan negro como la muerte por el cual, cuando nadie me vea, me iré de Alcatraz o Guantànamo.Dejo un papelito en un cesto de basura.Es la clave para poder regresar.
Aunque ya no regresarè a cierta inocencia estùpida, ingenua.Mientras trepo por el agujero negro me fijo en mi cartera si conservo el carnet del club de las chicas malas.Lo tengo.Lo guardo.Aguardo.Me cruzo con Martìn Lousteau.Nunca imaginé que lo discriminarían por no apellidarse Fernàndez.Lo supe despuès.En ese momento solo saludè al guapo ex ministro mientras pensaba que daba mi reino por una milanesa frita ( sin fritolim ni humo) y porque LALOLA no finalice.
No sigo porque no se me da la gana.Me voy a leer a Marguerite Youcenar y si no me duermo algo de Virginia Woolf


sábado, 19 de abril de 2008

Textual : Orlando Barone

Mario Pergolini tiene razón en haber parodiado en su programa al bailarín ciego de “Bailando por un sueño”. Tiene razón porque está en su naturaleza no poder ver más que el lado burlón de la vida. La de los otros: no la de él mismo. Es adicto a la chacota del pícaro de barrio, aunque sea barrio norte. El Inadi- a quien han recurrido algunas organizaciones para acusarlo- debería contemplar esta naturaleza “natural” del acusado como se contempla en un tribunal si un inconsciente es inimputable. O si en este caso lo mejor es someterlo a un control terapéutico. O a un desenmascaramiento. Pergolini no parece ser de quienes arriesgarían el rating a costa de dosificar su canibalismo. Esto le cabe también a Tinelli, aunque en este caso Tinelli es el caricaturizado indirecto. Hoy Pergolini, como tantas invenciones de nosotros- del público- es una consecuencia desbordada de su modelo original juvenil de hace casi dos décadas. Ya convertido en un progresivo monstruo popular, o en un boludo travieso, o en un modelo riente de ideología múltiple, o en un argentino adulto exitoso, se hizo el piola. Y se apioló a costa de Serafín Zubiri el bailarín español ciego que actuó en Show Match. Muchos en sus casas y ante el televisor viendo “Caiga quien caiga” deben de haber festejado la gracia en familia. Pero a ellos no los ve el Inadi: son discriminadores privados no públicos. Su coartada es el anonimato. La interpretación de Pergolini acerca de la participación de un ciego en un baile tiene una vuelta de tuerca. O de tuerquita. Plantea que quien se está burlando de la situación del ciego no sería él sino quien lo contrata: Tinelli. Entonces el culpable, el burlador sería el otro, que eligió para un show de entretnimiento a una persona que no ve: discapacitada. Pergolini ha cometido una brutalidad intelectual: no la de hacerse el canchero- que está dentro de sus discapacidades por las que se fue haciendo rico- sino por suponer que un ciego no se autodetermina. Que no elige, que no piensa. Que no desea tener éxito: que es un ser en letargo biológico. Y éste- no aquél- es el argumento que más lo delata en su desacierto. Es una perfecta coincidencia el choque entre dos meteoritos de la televisión -Pergolini y Tinelli- que resumen cierta parte ingrata y festiva de nuestro inconsciente colectivo. Esa parte que nos permite reírnos, sin arriesgarnos, de quienes se burlan de otros a cualquier costa. Que nos tienta a relajarnos a carcajadas de nuestra crueldad delegándola en un pícaro más temerario y audaz que nosotros.

Serafín Zubiri debe de estar pensando que no ver ciertas cosas , es después de todo un privilegio. La Argentina tiene dones mejores, que él podrá disfrutar aunque no vea. Además gracias a Pergolini ahora todos- hasta los que discriminan- se han dulcificado. En una de esas viene la moda de querer a los ciegos.

En mi caso no hace falta: mi madre era ciega.



La naturaleza del “monstruo” y la del ciego
04/17/2008 - 12:41:00
Autor: Orlando Barone






Vela vidente...Y Green Pace? Help me now!





Soy de la cuidad con todo lo que ves
Con su ruido, con su gente, consume vejez
Y no puedo evitar, el humo que entra hoy
Pero igual sigo creciendo, soy otro carbón
No voy a imaginar, la pena en los demás
Compro aire y si es puro, pago mucho más
No voy a tolerar, que ya no tengan fe
Que se bajen los brazos, que no haya lucidez.

Me voy, volando por ahí
Y estoy, convencido de ir
Me voy, silbando y sin rencor
Y estoy, zafando del olor.

Me encontré con la gente, que sabe valorar
Que de turista en la capital, han sabido vagar/Y no ha encarado al fin la cruda realidad
De respirar hollín, de llorar alquitrán
Y empiezo a envejecer, sudando mi verdad
Criado pa´ toser, con mucha variedad
Y adonde ir a para, cargando con mi olor
Deberíamos andar desnudos pa´ sentirnos mejor.

Me voy, volando por ahí
Y estoy, convencido de ir
Me voy, silbando y sin rencor
Y estoy, zafando del olor.



miércoles, 16 de abril de 2008

Stress

"El honor de ser capaz del poema" Rodolfo Alonso



Puedo pecar de vanidosa?Claro que sì, me respondo.Tuve un compañero de trabajo en una instituciòn oficial en un partido de la zona norte del conurbano bonaerense.Corrìan los dilapidados, disfrutados,viajados,primermundizados 90.Hacìa muy poco tiempo de mi llegada, caòtica , a la gran urbe que uno pretende gran ubre que alimente.De eso lejos.Pasados los efluvios de que da la inocencia, la ingenuidad, la manìa o la falta de pedes in terra fui intentando y acercàndome al equilibrio (jamàs os dirè datos cuantitativos ni cualitativos ergo jamàs lo van a saber por lo tanto vuestras hipòtesis corren por cuenta propia y deberèis haceros cargo si desvirtuàis con opiniones erròneas acerca de mi).En esos tanteos y aproximaciones sucesivas a la realidad estaba yo tratando de adaptarme a la jungla despuès de haber vivido en la selva.Fue asì què en un punto de inflexiòn històrico, comencè a trabajar en dicho organismo pùblico, inocente de porvenires, devenires, ires y venires.Ya habìa comenzado mi primer libro aùn innominado y aùn en proceso de corrreciòn.Enamorada yo de la Lìnea 60 y aprovechando cada gesto , ora cariñoso, ora no tanto, sublimaba a travès de la escritura.Dios salve al 60 y a la escritura!Fue asì que si bièn en dependencias diferentes de la Casa de la Cultura, en la puerta de al lado, precisamente la oficina de al lado detràs de una màquina de escribir que aporreaba todo el tiempo ( esto no se si es fantasìa o realidad) hallàbase un señor, mejor dicho un caballero, de cabello cano.Es escritor -musitò alguien.Un puñado de austeras frases al principio se convirtieron en un diàlogo cuasi minimimalista.Rodolfo Alonso me llamaba Gatùbela ( en referencia al libro que mencionaba antes).Me regalò un libro suyo de poemas en papel reciclado (impreso en Mèxico) que guardo con mucho egoismo y afecto.Me contò de su amistad con Juan Gelman.Cierta vez hice una entrevista que el corrigiò , para una revista de cultura que nunca se publicò (detalles perversos de los que componen las instituciones y ocupan cargos jeràrquicos y utilizan el poder para menesteres que favorecen a nadie màs que a su perversidad.
Pero las instituciones , para compensar en una especie de homeostasis, cuentan con personas ( eso sì, excepcionalmente) como mi apreciado Rodolfo Alonso.Porque ho
y estoy caòtica y sentimental , saludo a este gran escritor , recordando uno de sus poemas:

Este amor amenazado por la infamia de sus propias infamias, este amor rondado por la sombra, asediado por la separación,resquebrajado, este amor poseído por la duda, seguro de sí mismo,este amor capaz de darlo todo, sumamente incapaz, este amor que no confía en sí mismo, que se sabe imposible, este amor que no puede explicarse, ni prestar atención, ni hacer favores, este amor azuzado por los celos y por el mal humor, por la impaciencia, por la desdicha o el simple dolor, este amor perdurable, efímero, fuerte, profundo,desigual, vencido, este amor que se arrastra, implora, tarda, este amor que no puede consigo mismo, que puede apenas vislumbrarse,asomarse, darse a conocer apenas, este amor seguro de sí mismo,inseguro de todo, este amor que duda, que inunda, que arrastra, que ensombrece, este amor desmesurado, espléndido, egoísta, pequeño,este amor que se inclina, que bebe allá en tu sombra, que se asombra, que muerde, que desmenuza, que hunde, este amor que se ahínca, que embaraza, que hurde, este amor que se aturde, que chilla, que rechina, este amor reluciente, resplandeciente, altivo, este amor que se vende, este amor libre en el viento, esclavo en la ciudad,este amor que no sabe, que sabe, o le parece, este amor que hierve,que fermenta, este amor cobarde, vanidoso, inaccesible, fiero, este amor poco explícito, poco comunicativo, poco todo, este amor que no puede, que no se anima, que no sabe si es amor, que no sabe, este amor complicado, antojadizo, poco experimentado, este amor quebradizo, que no merece ni siquiera ese nombre, este amor que fracasa, que no puede salvarse, que no sabe vivir, este amor que no sabe explicarse, que no se hace entender, que no se entiende, este amor que no sabe, que no puede vivir, este amor que no quiere la guerra, y que da guerra.


Rodolfo Alonso

Premio Konex 2004: Poesía: Quinquenio 1994 -1998

Biografía abreviada


Biografía extendida


Principales libros publicados

lunes, 7 de abril de 2008

Media Sonrisa



Yo visito Naciòn Apache y leo:

Carta Abierta de Fernando Peña a Cristina Kirchner

2950.jpgCristina, mucho gusto. Mi nombre es Fernando Peña, soy actor, tengo 45 años y soy uruguayo. Peco de inocente si pienso que usted no me conoce, pero como realmente no lo sé, porque no me cabe duda que debe de estar muy ocupada últimamente trabajando para que este país salga adelante, cometo la formalidad de presentarme.

Siempre pienso lo difícil que debe ser manejar un país… Yo seguramente trabajo menos de la mitad que usted y a veces me encuentro aturdido por el estrés y los problemas.

Tengo un puñado de empleados, todos me facturan y yo pago IVA, le aclaro por las dudas, y eso a veces no me deja dormir porque ellos están a mi cargo. ¡Me imagino usted! Tantos millones de personas a su cargo, ¡qué lío, qué hastío! La verdad es que no me gustaría estar en sus zapatos. Aunque le confieso que me encanta travestirme, amo los tacos y algunos de sus zapatos son hermosísimos. La felicito por su gusto al vestirse.

Mi vida transcurre de una manera bastante normal: trabajo en una radio de siete a diez de la mañana, después generalmente duermo hasta la una y almuerzo en mi casa. Tengo una empleada llamada María, que está conmigo hace quince años y me cocina casero y riquísimo, aunque veces por cuestiones laborales almuerzo afuera. Algunos días se me hacen más pesados porque tengo notas gráficas o televisivas o ensayos, pruebas de ropa, estudio el guión o preparo el programa para el día siguiente, pero por lo general no tengo una vida demasiado agitada.

Mi celular suena mucho menos que el suyo, y todavía por suerte tengo uno solo. Pero le quiero contar algo que ocurrió el miércoles pasado. Es que desde entonces mi celular no deja de sonar: Telefe, Canal 13, Canal 26, diarios, revistas, Télam… De pronto todos quieren hablar conmigo. Siempre quieren hablar conmigo cuando soy nota, y soy nota cuando me pasa algo feo, algo malo. Cuando estoy por estrenar una obra de teatro –mañana, por ejemplo– nadie llama. Para eso nadie llama. Llaman cuando estoy por morirme, cuando hago algún “escándalo” o, en este caso, cuando fui palangana para los vómitos de Luis D’Elía. Es que D’Elía se siente mal. Se siente mal porque no es coherente, se siente mal porque no tiene paz. Alguien que verbaliza que quiere matar a todos los blancos, a todos los rubios, a todos los que viven donde él no vive, a todos lo que tienen plata, no puede tener paz, o tiene la paz de Mengele.

Le cuento que todo empezó cuando llamé a la casa de D’Elía el miércoles porque quería hablar tranquilo con él por los episodios del martes: el golpe que le pegó a un señor en la plaza. Me atendió su hijo, aparentemente Luis no estaba. Le pregunté sencillamente qué le había parecido lo que pasó. Balbuceó cosas sin contenido ni compromiso y cortó.

Al día siguiente insistí, ya que me parecía justo que se descargara el propio Luis. Me saludó con un “¿qué hacés, sorete?” y empezó a descomponerse y a vomitar, pobre Luis, no paraba de vomitar. ¡Vomitó tanto que pensé que se iba a morir! Estaba realmente muy mal, muy descompuesto. Le quise recordar el día en el que en el cine Metro, cuando Lanata presentó su película Deuda, él me quiso dar la mano y fui yo quien se negó. Me negué, Cristina, porque yo no le doy la mano a gente que no está bien parada, no es mi estilo. Para mí, no estar bien parado es no ser consecuente, no ser fiel.

Acepto contradicciones, acepto enojos, peleas, puteadas, pero no tolero a las personas que se cruzan de vereda por algunos pesos. No comparto las ganas de matar. El odio profundo y arraigado tampoco. Las ganas de desunir, de embarullar y de confundir a la gente tampoco. Cuando me cortó diciéndome: “Chau, querido…”, enseguida empezaron los llamados, primero de mis amigos que me advertían que me iban a mandar a matar, que yo estaba loco, que cómo me iba a meter con ese tipo que está tan cerca de los Kirchner, que D’Elía tiene muuuucho poder, que es tremendamente peligroso. Entonces, por las dudas hablé con mi abogado. ¡Mi abogado me contestó que no había nada qué hacer porque el jefe de D’Elía es el ministro del Interior! Entonces sentí un poco de miedo. ¿Es así Cristina? Tranquilíceme y dígame que no, que Luis no trabaja para usted o para algún ministro. Pero, aun siendo así, mi miedo no es que D’Elía me mate, Cristina; mi miedo se basa en que lo anterior sea verdad. ¿Puede ser verdad que este hombre esté empleado para reprimir y contramarchar? ¿Para patotear? ¿Puede ser verdad? Ése es mi verdadero miedo. De todos modos lo dudo.

Yo soy actor, no político ni periodista, y a veces, aunque no parezca, soy bastante ingenuo y estoy bastante desinformado. Toda la gente que me rodea, incluidos mis oyentes, que no son pocos, me dicen que sí, que es así. Eso me aterra. Vivir en un país de locos, de incoherentes, de patoteros. Me aterra estar en manos de retorcidos maquiavélicos que callan a los que opinamos diferente. Me aterra el subdesarrollo intelectual, el manejo sucio, la falta de democracia, eso me aterra Cristina. De todos modos, le repito, lo dudo.

Pero por las dudas le pido que tenga usted mucho cuidado con este señor que odia a los que tienen plata, a los que tienen auto, a los blancos, a los que viven en zona norte. Cuídese usted también, le pido por favor, usted tiene plata, es blanca, tiene auto y vive en Olivos. A ver si este señor cambia de idea como es su costumbre y se le viene encima. Yo que usted me alejaría de él, no lo tendría sentado atrás en sus actos, ni me reuniría tan seguido con él.

De todas maneras, usted sabe lo que hace, no tengo dudas. No pierdo las esperanzas, quiero creer que vivo en un país serio donde se respeta al ciudadano y no se lo corre con otros ciudadanos a sueldo; quiero creer que el dinero se está usando bien, que lo del campo se va a solucionar, que podré volver a ir a Córdoba, a Entre Ríos, a cualquier provincia en auto, en avión, a mi país, el Uruguay… por tierra algún día también.

Quiero creer que pronto la Argentina, además de los cuatro climas, Fangio, Maradona y Monzón, va a ser una tierra fértil, el granero del mundo que alguna vez supo ser, que funcionará todo como corresponde, que se podrá sacar un DNI y un pasaporte en menos de un mes, que tendremos una policía seria y responsable, que habrá educación, salud, piripipí piripipí piripipí, y todo lo que usted ya sabe que necesita un país serio. No me cabe duda de que usted lo logrará.

También quiero creer que la gente, incluso mis oyentes, hablan pavadas y que Luis D’Elía es un señor apasionado, sanguíneo, al que a veces, como dijo en C5N, se le suelta la cadena. Esa nota la vio, ¿no? Quiero creer, Cristina, que Luis es solamente un loco lindo que a veces se va de boca como todos. Quiero creer que es tan justiciero que en su afán por imponer justicia social se desborda y se desboca. Quiero creer que nunca va a matar a alguien y que es un buen hombre. Quiero creer que ni usted ni nadie le pagan un centavo. Quiero creer que usted le perdona todo porque le tiene estima. Quiero creer que somos latinos y por eso un tanto irreverentes, a veces también agresivos y autoritarios. Quiero creer que D’Elía no me odia y que, la próxima vez que me lo cruce en un cine o donde sea, me haya demostrado que es un hombre coherente, trabajador decente con sueldo en blanco y buenas intenciones.

Cuando todo eso suceda, le daré la mano a D’Elía y gritaré: “Viva Cristina”… Cuántas ganas tengo de que todo eso suceda. ¿Estaré pecando de inocente e ingenuo otra vez? Espero que no.

La saluda cordialmente,

Fernando Peña


Naciòn Apache, en Europa no se consigue.Podes leerlo si sos terrateniente o proletario, homosexual o heterosexual, creo que si sos bi tambièn.Si sos blanquito, negrito o marmolado.Si tenès o no amigos judìos.Si no sos catòlico.Si sos piquetero vip o piquetero K.Si compràs en Louis Vuitton de Paris o en el Once.Si formàs parte de la comitiva que acompañò a la Presidente o no .Solo tenes que SABER LEER.
Libertad de Prensa.defendàmosla.