sábado, 29 de marzo de 2008

Eduardo Galeano - Polìtica

Humor negro de Buenos Aires:
"El poder -dicen- es como un violín. Se toma con la izquierda y se toca con la derecha."

p. 17
El país se incorpora lentamente a la civilización, o sea: a un mundo donde se fabrican a escala industrial los sabores, los colores, los olores y también la moral y las ideas, y donde la palabra Libertad es el nombre de una cárcel, como en Uruguay, o donde un cámara subterránea de torturas se llama, como en Chile, Colonia Dignidad. Las fórmulas de esterilización de las conciencias se ensayan con más éxito que los planes de control de natalidad. Máquinas de mentir, máquinas de castrar, máquinas de dopar: los medios de comunicación se multiplican y difunden democracia occidental y cristiana junto con violencia y salsa de tomates. No es necesario saber leer y escribir para escuchar la radio a transistores o mirar la televisión y recibir el cotidiano mensaje que enseña a aceptar el dominio del más fuerte y a confundir la personalidad con un automóvil, la dignidad con un cigarrillo y la felicidad con una salchicha

p. 108


Lo único libre son los precios. En nuestras tierras, Adam Smith necesita a Mussolini. Libertad de inversiones, libertad de precios, libertad de cambios: cuanto más libres andan los negocios, más presa está la gente. La prosperidad de pocos maldice a todos los demás. ¿Quién conoce una riqueza que sea inocente? En tiempos de crisis, ¿no se vuelven conservadores los liberales y fascistas los conservadores? ¿Al servicio de quiénes cumplen su tarea los asesinos de personas y países?

Orlando Letelier escribió en The Nation que la economía no es neutral ni los técnicos tampoco. Dos semanas después, Letelier voló en pedazos en una calle de Washington. Las teorías de Milton Friedman implican para él el premio Nobel; para los chilenos, implican a Pinochet.

p. 151

Galeano, E.: Días y noches de amor y guerra. Madrid: Alianza editorial, 1998.

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