miércoles, 12 de marzo de 2008

Pecados nuevos, infiernos viejos por Orlando Barone

"La Iglesia acaba de aportar al catálogo de “Siete Pecados Capitales”, los nuevos “Siete Pecados Sociales”. A saber: 1) Las violaciones bioéticas, como la antioconcepción. 2) Los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre.3) La drogadicción.4) Contaminar el Medio Ambiente.5) Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres.6) La riqueza excesiva. Y 7) Generar pobreza.¿No es raro considerar nuevos a los pecados de excesiva riqueza y de generar pobreza? Si son viejos como el mundo. Parece muy difícil salir absuelto de todo eso. Grandes laboratorios, corporaciones científicas, aspiraciones de evolucionismo pecan por su propia naturaleza con todas esas culpas que determina la Iglesia. Cientos de millones de mujeres pecan por la anticoncepción voluntaria, resignada o forzada.

Las sociedades que viven dentro del Capitalismo, en cualquiera de sus versiones, comete irremediablemente el pecado de ampliar la brecha entre los ricos y los pobres. Ya el solo hecho de votar, aunque militemos en el bando de los damnificados, nos comprometería en la culpa. También está el pecado de generar pobreza, que está ligado al otro y que incluye por igual la responsabilidad de cualquier ideología y todavía más la postura “apolítica”. Somos muchos los pecadores globales. Donde hay menos es en el pecado de poseer “excesiva riqueza”. La limitada lista de megamillonarios de la revista Forbes los delata enseguida.Aunque allí lamentablemente figuran algunos ídolos populares admirados por la gente y que no se exceptúan del pecado de riqueza excesiva. Donde dice que es pecado contaminar el medio ambiente no hace falta tener un Riachuelo, un Nilo, una pastera ni una planta de procesamiento nuclear para estar condenado: basta con echar en la basura un par de pilas, un aerosol usado y un frasquito con píldoras de un medicamento vencido para entrar en la lista de sospechosos.Con la drogadicción irían muchos al infierno. Lástima el mundo del rock, el de la farándula cara y el de atletas de alta competencia. Los grandes artistas podrían ser perdonados siempre que el resultado de sus obras o de sus goles los justifiquen.Estos nuevos pecados que descubre La Iglesia tienen un antecedente argentino de hace ya muchos años: el tango “Yo tengo un pecado nuevo” de Mariano Mores y Laureano Martínez. Fue profético.“Ay! cariño, yo tengo un pecado nuevo/ que quiero estrenar contigo/ beber el llanto de tus ojos/ si han sufrido..."Beber el llanto de los ojos del ser amado que sufre merecería un infierno mucho más leve que contribuir a generar pobreza y ampliar la brecha entre los ricos y los pobres.Para mi el peor pecado es que tengan que venir a decirnos qué es pecado. Como si no nos diéramos cuenta."
Orlando Barone

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