Si es que de allí no se lo robó un gato con hambre.
Lo que parece cierto es que de San Valentín queda el cráneo. En la iglesia Ntra. Señora de Asunción, en Castilla , estaría conservado como reliquia. Y junto al de Santa Engracia, ya que fueron decapitados juntos. Otros dicen que el cráneo estaría en Italia. Cráneo más cráneo menos: huesos sobran. Para hacerse una idea , un cráneo es algo así como la calavera de Hamlet pero sin Alcón y sin Shakespeare. El cráneo pelado sin sesos, ni carne, es como una sandía calada sin pulpa ni semillas; como una careta de Haloween. O como una de esas cabezas que se usan, peladas, a las que no hace falta que los gusanos las vacíen porque ya vienen peladas por dentro. En la Argentina San Valentín empezó a ponerse de moda por la vocación de facsímil que nuestra sociedad tiene. La última importación santa fue San Patricio, un santo que no resiste el más básico control de alcolemia. San Cayetano es otro, pero como cada vez hay más trabajo tiene miedo de quedarse sin clientes. El nombre Valentín significa que vale, que es fuerte. Es que hay que ser fuerte para resignarse a tanta dulzonería y declamación amorosa. En el rubro 58 del diario Clarín se acaban de publicar más de dos mil avisos de amor de gente a la que más que amar le gusta hacer “teatro” y “espamento”. Gente que se enamora únicamente hoy porque se usa. Y otra que no se enamora ni se enamorará nunca pero se miente para poder celebrar este día. Hoy no es el día de los enamorados: es el del amor de molde en manada, envuelto para regalo.
Orlando Barone
en el programa de Vìctor Hugo Morales
radio Continental, 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario