domingo, 6 de enero de 2008

La amistad desnuda por Carlo Frabetti



Te quiero... es una declaración de amor.

Se declara la guerra, la quiebra... Los sentimientos, al igual que el valor o la generosidad (que, por cierto, deberían ser los pilares del amor), no hay que declararlos, no hay que proclamarlos: hay que desmostrarlos, y no hay más demostración que el hecho mismo de construirlos, de levantarlos con cuidado y con esfuerzo, como las torres y los puentes, a los que tanto se parecen.


"El amor, más impúdico que sincero, se desnuda fácilmente, pero casi nunca se quita la deslumbrante máscara que le impide ver y ser visto con claridad. La amistad, realista y pudorosa, se quita la máscara con más facilidad que la ropa.
La dicotomía amor-amistad es la expresión última, nuclear, de una infeliz cultura dualista que separa las ciencias de las artes, la reflexión del mito. Y el camino de su superación pasa por reunir las letras y los números, por reflexionar sobre el mito, por no someter el amor a más reglas que las de la amistad. Porque, como reza la sentencia que sirve de pórtico y lema a este libro inclasificable, "no hay más certeza que la de la duda ni más amor que la amistad desnuda" (Carlo Frabetti)



Quiero... hacer el amor...

... no puedes hacer el amor con nadie. Puedes hacer la cama, puedes hacer el ridículo, puedes hacer los deberes; pero no puedes hacer el amor, del mismo modo que no puedes hacer el odio, ni hacer la envidia, ni hacer la amistad. Los sentimientos no se hacen: se demuestran, se reprimen, se cultivan, se confunden, se niegan, se trasforman..., pero no se "hacen". Un sentimiento no puede corresponderse de forma unívoca con un hacer, con un acto específico. No puedes "hacer" el amor. Líbrate de esa identificación grosera entre sentimiento y acto, entre relación y consumación.
Olvida esa brutal metonimia (meto, nimia, la parte por el todo) que identifica la introducción de una mínima parte del cuerpo en otro cuerpo con la imposible fusión, que confunde la fugaz penetración con la improbable compenetración.
Supera tu mamiferidad, tu mamiferocidad


El amor es la amistad con alas.

... El amor y la amistad, que deberían ser lo mismo (o variantes de lo mismo), son, en más de un aspecto, divergentes, mutuamente excluyentes, incluso antitéticos. El amor busca, la amistad encuentra. La amistad explora. El amor es un apetito desordenado...

- La lujuria en todo caso, es un apetito desordenado, no el amor.

El amor es la lujuria, puesto que no hay mayor desorden del apetito que el querer adueñarse de otra persona en exclusiva y para siempre, de devorarla viva, de "compartir la vida", como si la vida fuera una cosa, o peor aún, una idea... El amor es la lujuria, del mismo modo (y por la misma razón) que la propiedad es el robo. El apego, el afán de posesión (con su vicio complementario, el afán de pertenencia), es la causa de todos los males. Y de todos los apegos, el amor es el más morbido y excesivo... El amor es un apetito desordenado. La amistad es un orden apetitoso. El desarollo de la amistad determina su ámbito. El ámbito del amor determina su desarrollo. El amor parte de un máximo y decrece. La amistad parte de un mínimo y crece. El amor invade, conquista, seduce. La amistad visita, convence, produce. El amor tiene las desaforadas pretensiones de un niño de teta: exclusividad, totalidad, incondicionalidad. La amistad sólo pide esa lealtad que es hija del conocimiento y de la gratitud.

- Triste vínculo el de la gratitud. Sentirse en deuda con alguien que te ha dado algo...

Sentirse en deuda es una forma muy burda de gratitud. La verdadera gratitud es una "grata actitud" de generosidad y confianza reactivas. Es la germinación de un sentimiento de solidaridad fecundado por una dádiva, es el deseo gozoso de desarrollar y compartir ese sentimiento, de hacerlo común y proliferante... Hay que unir de nuevo, de una forma nueva, la ciencia y la filosofía, la ética y la política, la reflexión y el mito, la amistad y el amor... Hay que optar por un amicalismo radical, dialéctico, revolucionario.

...

...hay que desarmarlo y destronarlo, como a todos los tiranos... Hay que quitarle la venda-antifaz que le impide ver y ser visto. La máscara dorada, especular y sin resquicios, sin orificios. Porque el amor se quita la ropa, pero no la máscara (la ropa cubre, la máscara encubre). La amistad se quita la máscara, pero no la ropa. Hay que desenmascarar el amor y hay que desnudar la amistad, esa amistad excelsa que, al acercar los cuerpos con la misma libertad con que acerca las mentes, se convierte en el único amor posible.

- El único imposible.

Sí. En el mundo actual, es prácticamnete imposible. Y, por eso mismo, es el único posible. Porque sólo lo que es imposible en este mundo cruel es posible en el sentido fuerte del término, es decir, puede ser auténtico. En una sociedad cautiva, solo caben amores cautivos. En una sociedad desigual, solo caben amores desiguales. En una sociedad competitiva, solo caben amores competitivos. Sólo en una sociedad libre, igualitaria y fraterna cabe el amor libre, igualitario y fraterno, la amistad desnuda.

...

Los enamorados, en vez de hacerse promesas insensatas e incumplibles, podrían decirse algo así como: "Puesto que hemos contraido juntos la fiebre amorosa, ayudémonos mutuamente a controlarla, a evitar que sus delirios nos confundan y arrastren. Salvemos nuestro inflamado afecto de sus propios excesos, igual que se cuida de un niño para que no se haga daño y pueda crecer fuerte y sano. Extrememos las cualidades propias de las amistades excelentes: sinceridad, lealtad, generosidad, respeto a la identidad del otro, a su autonomía y su intimidad. No alimentemos el afecto con la necesidad, sino con la libertad. Luchemos contra la posesividad, la dependencia, los celos. Colaboremos en la construcción de un mundo nuevo en el que podamos amar bien..."

- ¿Hay que esperar a que cambien el mundo para poder amar bien?

Hay que cambiar el mundo para amar bien y hay que amar bien para poder cambiar el mundo. En la práctica: Si luchas por cambiar el mundo, amarás un poco mejor, y si te esfuerzas por amar bien, cambiarás un poco el mundo.

Amicalismo dialéctico.

Radical. Revolucionario. Libertad, igualdad, fraternidad. Hay que volver a hacer la Revolución Francesa. Esta vez, de verdad.

- No en vano París es la capital del amor...

Carlo Frabetti

La amistad desnuda


“El amor y la amistad, que deberían ser lo mismo (o variantes de lo mismo), son en más de un aspecto, divergentes, mutuamente excluyentes, incluso antitéticos. El amor busca. La amistad encuentra. El amor implora, la amistad explora.” Y es que como se nos dice en el poema que lleva el título de la novela: “no hay más certeza que la duda// no hay más amor que la amistad desnuda
.”

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