viernes, 23 de enero de 2009

Miscelánea


Domingo. Mediodía. Línea 60. Un cartelito reza aunque usted no lo crea, Dios existe.
Cuando era una niña me contaban cuentos que hablaban de tesoros ocultos, de viejas lámparas que se frotaban para dar vida a genios todopoderosos y de hadas que tenían varitas con estrellas mágicas. 
Y así crecí, entre películas de happy end y propagandas que vendían la felicidad en cómodos planes de pago, con la idea de que todo estaba bien y mañana, mañana sería feliz entre los brazos del príncipe azul que despertaría la envidia de Blancanieves y Cenicienta.
La vida no es cuento de Borges. Tal vez si. ¿Cuál es la diferencia?
La vida no es cuento, ni película ni tango, ni poesía, ni canción, a veces, ni siquiera melodía.
La vida urge, apremia, duele, lastima ,quema, avanza, impera… no se fija si uno lleva paracaídas … Si nos subimos a un tren equivocado no nos espera...y no está bien visto andar repartiendo mariposas en una esquina a la hora de la siesta...y de repente debemos conjugar verbos despiadados: tolerar, renunciar, esperar, morir, llorar, partir...También en algún rincón de la galera encontramos la lista de verbos vitales y con una sonrisa más que amplia conjugamos en presente del indicativo amar, honrar, persistir, dar, creer, crecer...
Parada exactamente sobre el filo-frontera de los cuarenta comienzo a sentir que es saludable prescindir de los absolutos, y aún teniendo en cuenta las ciencias exactas con los infinitos matices que ellas nos demuestran. Que es posible sobrevivir a los paraísos perdidos
Me siento una chica Almodóvar desde lo intuitivo. ¿Pero qué es ser una Chica almodóvar?
Aún cuando siento que es menor el tiempo que me queda por vivir descubro en la importancia de tomarme tiempo para vivir.
La vida es constante transformación, perpetua despedida, consuetudinaria muerte, eterna transmutación, inflexible transubstanciación, cúmulo de opciones; impensados, soliviantados reencuentros, perpetuos renaceres de invisibles crucifixiones. Es un proceso dinámico. Vicisitud, opción, dilema, trasiego, revolución, trasmigración, verbo contumaz que se conjuga sólo en presente. Constante aprendizaje donde somos sujetos y objetos circunstanciados. Interrelación con las circunstancias, con el medio y el OTRO.
El medio, el ámbito, el perímetro, la región, el territorio, el círculo, el estado, el terruño, o el mundo si nos apetece utilizar palabras cooll de la globalización, son lugares comunes. Los extremos se tocan y están más cerca el uno del otro de lo que pudiere parecer.
El anverso y el reverso son dos caras de la misma moneda y nada nuevo parece haber debajo del sol (aún cuando esté nublado) porque vivir es el común denominador de cada inexacto segundo.
Hay días en que me siento gnóstica. Otros en que no.
Hay días en los que intento...Otros en los que quiero y no puedo. Otros en los que puedo y no me importa y todas las combinatorias habidas y por haber.
Algunas veces tengo intensos ataques de nihilismo con todo el bagaje de sinónimos que ello implica...
En momentos de caos superlativo, tiempos de brújulas rotas , intenté mirarme en espejos con los ojos cerrados .Se necesita un mago. No es fácil mirar con los ojos cerrados pero tampoco imposible.
Es más fácil mirar con los ojos abiertos. La búsqueda interior es un camino hacia lo desconocido sin boleto de vuelta, sin folletos de paisajes y lujosos hoteles. Y ahí parte uno, sin despedidas y empieza a transitar ríspidos senderos, descubre sublimes infiernos, cielos profanos, mares de bruma, escabrosos silencios, valles encantados teñidos de un amanecer de matices y más. Es entonces cuando descubrimos que eso tiene que ver con la singularidad. Con lo que nos hace diferentes.
La vida es un lugar común donde conviven/coexisten singularidades. El mundo es un lugar común. Las palabras son lugares comunes. Al menos eso pareciera.
Ahora, ¿cómo es posible conciliar singularidad y lugares comunes?
Hay un límite impreciso donde la singularidad, lo distinto, lo que diferencia, cualidad, propiedad, característica, originalidad, particularidad, distinción, rasgo, idiosincrasia, peculiar, distinto, exclusivo pasa a ser anomalía, rareza, extravagancia, incongruencia, paradoja, defecto, equivocación, absurdo, monstruosidad, bla...bla...bla...
Y aquí aparece el valor de la palabra. La acción y el efecto de la palabra. El peso de la palabra. La magia de la palabra. El sentido, el valor, el alcance, la fuerza de la palabra y los matices. Lo metafórico, lo alegórico, lo imaginado, lo simbólico...
Y aquí es cuando reparo en la necesidad de tener a mano siempre los verbos comprender y aprender con la sinonimia correspondiente.
Sigue siendo domingo al mediodía en la línea sesenta. El cartelito sigue denunciando aunque usted (yo) no lo crea Dios existe. Mentalmente agrego: yo también existo aunque a veces parece que me cueste creerlo. Tengo pruebas. Puedo atestiguarlo.

Caóticayo© PatriciaCe

Foto: Man Ray

6 comentarios:

Pelo dijo...

Patricia Ce, me gusta tu caos.

Anónimo dijo...

al final existir se reduce a seguir soñándose

PatriciaCe dijo...

Gracias Pelo, a mi tu bló me fascina!! gracias México!!!

PatriciaCe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
PatriciaCe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Conde de LautreMont dijo...

increible reencuentro con los abismos cotidianos.
otras orillas siguen siendo posibles.
gracias.